Después de casi ocho meses, el Consejo Coordinador Empresarial del Estado de México (CCE) finalmente integró las propuestas de sus diversas comisiones al Plan de Trabajo 2024-2025. Este retraso no solo ha causado preocupación entre los miembros del sector, sino que también ha evidenciado que el cargo de presidente del CCEM le queda grande a Germán Jalil Hernández, quien ha demostrado una notable incapacidad para representar a la cúpula empresarial de una de las entidades más grandes del país.
En la reciente reunión del Comité Directivo del CCE Estado de México, se destacó la integración tardía de las propuestas de las comisiones. Según el organismo, este esfuerzo conjunto refleja su compromiso por impulsar el crecimiento, la innovación y la competitividad en la región. Sin embargo, el considerable retraso ha generado críticas y cuestionamientos sobre la gestión y liderazgo de Germán Jalil, dejando en claro que su desempeño no ha estado a la altura de las expectativas.
«Es alarmante que después de ocho meses, apenas estemos viendo avances significativos en la integración de las comisiones. Esto refleja una grave falta de capacidad de liderazgo en el Consejo», comentó un empresario que prefirió mantener el anonimato. Además, muchos miembros del sector han señalado que Jalil Hernández se la pasa organizando eventos intrascendentes, que en nada abonan a los temas económicos y coyunturales de la entidad, desviando la atención de las verdaderas necesidades y prioridades del Estado de México.
La demora en la consolidación de estas propuestas evidencia una falta de organización y coordinación que preocupa a muchos dentro del sector empresarial. El gran desafío que enfrenta ahora Germán Jalil Hernández es recuperar la confianza de la comunidad empresarial y demostrar que puede llevar adelante un plan de trabajo coherente y oportuno. Sin embargo, el consenso general entre los empresarios es que el cargo le queda grande, y su gestión ha sido insuficiente para las necesidades y expectativas del Estado de México.
La tardanza y la falta de liderazgo han dejado una marca difícil de borrar y que seguramente será un punto de referencia en la evaluación futura de la gestión de Jalil Hernández, quien deberá esforzarse significativamente para demostrar que es capaz de dirigir a la cúpula empresarial de manera efectiva y competente.